Hay situaciones en las que la discoloración dental (color dental no aceptado por el paciente) puede considerarse patológica, tales como consumo de tetraciclinas o fluoruros coincidiendo con el periodo de formación de los dientes, frente a otras discoloraciones que podemos considerar adquiridas, como las que ocurren tras hacer una endodoncia a un diente, por una necrosis pulpar producida por una caries o por una hemorragia pulpar tras un traumatismo, por alquitranes procedentes del tabaco, uso continuado de colutorios como la clorhexidina o empastes de amalgama de plata que tiñen los tejidos dentarios.

El blanqueamieno dental no es la única alternativa para el tratamiento de las tinciones dentarias, ya que existen otras técnicas como por ejemplo el recubrimiento de los dientes mediante coronas de porcelana o carillas de composite o cerámica.

Aunque sí es el método más conservador, que presenta algunas ventajas como mejorar los hábitos higiénicos del paciente y ser un tratamiento respetuoso con los tejidos dentarios al no tener que hacer “tallados” sobre los mismos para alojar las coronas o carillas conservando por tanto la estructura del diente.

A pesar de ser éste un tratamiento estético muy conservador, no está exento de riesgos. Entre estos riesgos, es importante saber que la aparición de sensibilidad dentaria postoperatoria es el más importante. Se debe a que el contacto del agente blanqueador (peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida) con el esmalte y la dentina, pude producir una irritación pulpar (del tejido nervioso del diente), y esta irritación puede condicionar sensibilidad dental, sobre todo ante cambios de temperatura, pero que en cualquier caso y tratada adecuadamente, puede minimizarse y quedar solucionada en unos días.

Hay que tener en cuenta también que el agente blanqueador no tendrá tal efecto sobre aquellas restauraciones o empastes de composite o coronas de porcelana, con lo que, por motivos de cambio de color, podrá ser necesario retirar y volver a aplicar este tipo de restauraciones teniendo en cuenta el nuevo color de los dientes.

Los problemas relacionados con los tejidos blandos (encía), van desde pequeñas irritaciones del margen de la encía o mucosa hasta quemaduras térmicas o químicas algo más significativas. Para evitar esto, el blanqueamiendo se aplicará en clínica utilizando sistemas de aislamiento absoluto o relativo que evitan el contacto del agente blanqueador con los tejidos, y el blanqueamiento domiciliario (en casa) se realizará mediante el uso de férulas especialmente adaptadas para este fin que impedirán este tipo de problemas.